¿Mi Marca Personal transmite los valores que realmente represento?

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Autor: Jorge Navarrete Prado

Fundador y Director de Brand Personal

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¿Mi Marca Personal transmite los valores que realmente represento?

Es una pregunta que me persigue casi a diario y que marca la diferencia entre quienes generan confianza y quienes generan confusión. Es una pregunta, que lejos de ser cómoda, siempre acaba poniéndome frente al espejo digital y presencial al que las marcas están expuestas.

Porque (si no lo sabías) todos tenemos una Marca Personal. La construimos cada vez que hablamos, publicamos algo en redes, atendemos a un cliente o interactuamos con un colega. 

 

La coherencia, ese test de estrés diario

A lo largo del tiempo he descubierto que la coherencia es mucho más que una bonita palabra en los manifiestos corporativos. Es el hilo conductor entre lo que pienso, lo que hago y lo que comunico. Si algún eslabón se rompe, la autenticidad se diluye y con ella la confianza, ese activo silencioso pero absolutamente esencial en cualquier propuesta de valor. Así que, antes de preguntarme si los demás perciben mis valores, suelo cuestionarme si yo mismo los estoy viviendo sin atajos ni excusas.

La incoherencia es el mayor “asesino silencioso” de una Marca Personal. Cuando lo que dices y lo que haces no están alineados, las personas lo perciben de inmediato. Por ejemplo, no puedes hablar de innovación y seguir trabajando con procesos obsoletos, ni presumir de orientación al cliente si tardas semanas en responder un correo.

La percepción que otros tienen de ti se forma en milisegundos y, si no coincide con lo que crees estar proyectando, tu credibilidad se resiente.

 

Valores reales, acciones concretas

El primer paso es detenerte y poner sobre la mesa cuáles son esos valores que te definen. ¿Eres una persona que prioriza la honestidad, la excelencia, el aprendizaje constante, la empatía? La honestidad, la libertad, la humildad y la empatía suelen estar entre los valores que más resuenan cuando trabajo mi propia narrativa.

Pero ser honesto implica no sólo decir la verdad, sino actuar en consecuencia, incluso cuando nadie está mirando. Ser libre se traduce en elegir proyectos o colaboradores alineados con mi forma de ver el mundo, aunque a veces suponga renunciar a propuestas atractivas. La humildad se juega en cómo celebro mis logros y en el tipo de conversaciones que busco: ¿me intereso genuinamente por las personas o sólo las uso como plataforma?

Haz un listado de 3 a 5 valores clave. Si no los tienes claros, tu Marca Personal estará navegando sin rumbo, dejando que otros definan por ti lo qué representas.

 

 

¿Y cómo lo sé?

He llegado al punto de que, periódicamente, me someto a un pequeño test personal: identifico mis valores clave, los defino para que no se queden en abstracto y analizo si mis publicaciones, mis colaboraciones y hasta mis silencios están alineados con ellos.

Si alguna acción o contenido desentona, no es casualidad; ahí está el foco para ajustar rumbo. A veces pregunto directamente a clientes, colegas o seguidores qué perciben de mi marca. Las respuestas, aunque incómodas, suelen ser el mejor termómetro.

Te propongo un pequeño ejercicio:

  • Revisa tu comunicación digital. ¿Tus publicaciones, foto de perfil, bio y tono de voz transmiten lo que realmente eres?
  • Analiza tu comportamiento offline. ¿Tratas a tus clientes, colegas o equipo de forma coherente con esos valores?
  • Pregunta a otros. A veces la percepción externa es mucho más clara que la propia. Pregunta a personas de confianza: “¿Qué es lo primero que piensas de mí como profesional?”

 

Las respuestas pueden sorprenderte y, sobre todo, ayudarte a detectar brechas entre lo que dices y lo que proyectas.

 

Decisión, humildad y ajuste constante

Definir valores es solo el inicio. El reto real está en hacerlos visibles en tu día a día. Si dices que valoras la transparencia, tus comunicaciones deben ser claras, sin tecnicismos innecesarios ni promesas vacías. Si predicas la responsabilidad social, muéstralo con acciones concretas y consistentes, no solo con frases inspiradoras en LinkedIn.

Transmitir los valores que realmente represento no es una meta fija, es un proceso que requiere decisión, humildad y ajustes continuos. Da igual cuán potente sea tu estrategia digital: si los valores no se viven y se comunican con coherencia, la marca personal se convierte en un acto de ilusionismo. ¿Qué valores te definen a ti? ¿Notas que, día a día, tus acciones los hacen visibles?

Piensa: ¿qué está viendo mi audiencia que confirme lo que digo que soy?

 

 

Descubre tus valores auténticos con estos ejercicios

Descubrir los valores que realmente definen una marca personal implica mirar hacia adentro y cuestionarse en profundidad. Haz una lista de tus cinco valores más importantes y reflexiona por qué los defiendes. Escribe lo que te gustaría que dijeran de ti al final de tu carrera: las palabras recurrentes son pistas de tus auténticos valores. Prioriza y reduce tu lista, concretando los valores que más resuenan contigo y asegúrate de que tus acciones cotidianas los reflejen.

 

Cómo saber si tu marca personal inspira confianza

La confianza es el pilar invisible que sostiene toda marca potente. Evalúa tu comunicación según cinco pilares: comprensión (empatía real con tu audiencia), motivo (intenciones transparentes), capacidad (demuestra habilidades y resultados), carácter (integridad y ética), e historial (coherencia en el tiempo). Pide retroalimentación a clientes o colegas sobre cómo perciben tu coherencia y honestidad, y revisa si tus mensajes y resultados son consistentes.

 

La vulnerabilidad: tu mejor aliada para conectar

Ser vulnerable no equivale a mostrar debilidad, sino a compartir tus retos, aprendizajes y emociones para conectar genuinamente. Admite errores, comparte dudas y pide ayuda cuando lo necesites: esto humaniza tu marca y permite que otros se identifiquen contigo. Al dejar ver que no todo es perfecto, ganas empatía y construyes relaciones auténticas en lugar de proyecciones idealizadas.

 

Mitos y errores comunes al transmitir valores en branding

Uno de los mitos más dañinos es creer que la autenticidad implica compartirlo todo sin filtro. Es vital encontrar equilibrio: selecciona las experiencias y valores que aportan significado. Otros errores frecuentes son confundir número de seguidores con autoridad, ignorar la opinión del público y proyectar una imagen que no se sostiene en la realidad. Una marca personal fuerte se construye con calidad, coherencia y propósito bien definido.

 

Herramientas para auditar el mensaje y la percepción de tu marca

Existen recursos digitales para analizar la alineación entre tus valores y la percepción pública. Brandwatch y Lexalytics permiten evaluar lo que se dice de tu marca en redes sociales y detectar si el sentimiento y valores proyectados coinciden con los que deseas comunicar.

SurveyMonkey te ayuda a realizar encuestas personalizadas sobre reconocimiento y sentimiento de marca, permitiendo comparar el mensaje que transmites con el que realmente llega a tu audiencia. Usa estos datos para afinar tu comunicación y crecer en coherencia.

 

Pregúntate de nuevo:

¿Mi Marca Personal está transmitiendo los valores que realmente represento?

Cuando logras que tus valores y tu Marca Personal estén alineados, ocurre algo poderoso: atraes a las personas adecuadas. Clientes, colaboradores y aliados que comparten tu visión se sienten identificados contigo. Y eso se traduce en relaciones más sólidas, mayor satisfacción profesional y crecimiento sostenible.

Si la respuesta es un “no” rotundo, es hora de trabajar en ello.

 

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