10 maneras de humanizar tu marca (sin parecer robot con empatía artificial)

Picture of Autor: Jorge Navarrete Prado
Autor: Jorge Navarrete Prado

Fundador y Director de Brand Personal

Tabla de Contenidos

10 maneras de humanizar tu marca (sin parecer robot con empatía artificial)

Si hay algo que me saca de quicio son las marcas que presumen de “cercanas” mientras parecen escritas por una nevera. “Nos importa tu bienestar”. Claro, como a Hacienda. La humanización de marca no es poner un emoji en cada frase ni usar diminutivos para sonar simpático. Es mostrar que detrás del logo hay personas, historias y, sí, también errores.

Porque hay algo que siempre se nos escapa cuando hablamos de “humanizar”. Las marcas son humanas en su origen. Cuando queremos que sean perfectas, empieza su “deshumanización”.

Así que si estás empezando a construir tu marca personal, no le quites su humanidad, buscando ser perfecto (eso no existe).

Aquí te dejo 10 maneras de hacerlo sin parecer una copia barata de Mr. Wonderful.

 

1. Cuenta tu historia (la de verdad, no la de PowerPoint)

Nada conecta más que una historia bien contada. No hace falta que digas que empezaste “con una visión y una pasión”. Nadie lo cree. Cuenta cómo nació tu marca, por qué elegiste ese nombre y qué demonios te hizo lanzarte. La gente no busca perfección, busca autenticidad. Y si hubo caos, mejor.

2. Habla de tus meteduras de pata

Los errores humanizan. Si nunca te has equivocado, o mientes o no has hecho nada. Cuenta algún fallo y cómo lo solucionaste. Mostrar vulnerabilidad te da credibilidad. Y no, no hace falta dramatizar con música de violín; basta con ser honesto.

3. Ponle cara a tu equipo

Tu marca no es una oficina gris con un logo en la pared. Son las personas que la levantan cada día. Preséntate y presenta a tu equipo (si lo tienes). Una foto desenfadada vale más que mil frases corporativas. Nadie se conecta con un logotipo, pero todos conectamos con una sonrisa auténtica.

4. Deja que tus clientes hablen por ti

Nada vende mejor que un cliente satisfecho contando su historia. Olvídate del típico “Excelente servicio. Volveré”. Eso no emociona a nadie. Pide testimonios reales, con contexto y emoción. Historias con nombre y apellido. En mi caso es algo complicado, porque los clientes me buscan por mi discreción. Incluso he firmado contratos de confidencialidad.

5. Enseña tu espacio de trabajo

¿Tu escritorio, tu despacho, tu rincón del caos creativo? Enséñalo. No necesitas tener una oficina de revista. Mostrar tu entorno (con sus cafés fríos y post-its medio caídos) dice más de ti que mil frases sobre “pasión y compromiso”.

6. Cuéntales 5 cosas que no sepan de ti

Aquí es donde puedes desactivar el modo “marca seria y distante”. Cuéntales cosas simples, incluso absurdas: que te obsesiona el orden de los cables, que odias el olor a menta o que no puedes trabajar sin música. Esos pequeños detalles hacen que tu público sienta que te conoce.

7. Comparte tus lecciones

Nada más humano que aprender a base de tortas. Habla de lo que te ha enseñado el camino, sin disfrazarlo de “tips para el éxito”. No des clases magistrales: comparte experiencia. La diferencia entre sonar sabio y sonar pedante está en el tono.

8. Enseña los cambios, por mínimos que sean

¿Has cambiado el logo, el color del fondo o añadido una planta nueva en la oficina? Cuéntalo. A la gente le gusta ver la evolución. Incluso los detalles insignificantes pueden reforzar la sensación de que tu marca está viva.

9. Muestra cómo haces lo que haces

Si vendes productos físicos, enseña el proceso: cómo los empaquetas, cómo los preparas para el envío, cómo revisas los detalles. Eso genera confianza. Y sí, también deja ver que detrás del negocio hay manos humanas, no una máquina anónima.

Y si vendes servicios, seguro tienes un planing, un calendario o una app de seguimiento de clientes. Muestra capturas de pantalla, escondiendo datos sensibles.

10. Comparte el momento con tus clientes

Si haces entregas o tratas cara a cara con clientes, documenta esos momentos. Una simple foto puede decir: “Aquí estamos, cumpliendo lo que prometemos”. Y sin tener que escribirlo en mayúsculas con un hashtag inspiracional.

En mi caso, subo fotos o vídeos de eventos donde asisto, con personas que me conocen, prescriptores, seguidores, etc.

 

 

El toque final: honestidad y coherencia

Humanizar una marca no es una estrategia, es una actitud. Si te muestras cercano en redes, pero frío en tus correos o distante al atender a un cliente, no hay humanización que valga. Las marcas más humanas no son las que sonríen en Instagram, sino las que responden bien cuando hay un problema.

No necesitas un manual de storytelling ni una campaña de relaciones públicas. Solo coherencia. Ser humano todo el tiempo, no solo cuando toca vender.

 

En resumen

  • Sé tú, pero con propósito. No publiques por publicar.
  • Muestra, no declares. La empatía se demuestra, no se escribe.
  • Acepta tus errores. No te quitan autoridad, te dan humanidad.
  • Hazlo simple. La autenticidad no necesita guión.

 

Y recuerda:

Humanizar tu marca no es un “truco de marketing”. Es volver al sentido común. Y ese, amigo mío, sigue siendo el recurso más escaso en internet.

 

¡Apóyanos y Comparte en tus RRSS!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *